Las constituciones de una congregación religiosa contienen las normas fundamentales que custodian y promueven la vivencia y desarrollo del propio carisma. Destacan las normas fundamentales sobre la identidad de la congregación, el gobierno y la disciplina, la incorporación y formación de los miembros, el objeto de los vínculos sagrados. En ellas se deben armonizar los elementos espirituales y jurídicos, sin multiplicar las normas innecesariamente. Las aprueba la autoridad eclesiástica competente.